Para gran parte de la crítica, el grupo británico Muse siempre fue sinónimo de Radiohead. Con este karma a cuestas sacaron su cuarto álbum de estudio llamado “Black Holes and Revelations”, un título bastante contradictorio. ¿A qué agujero negro se referirán? Y lo que es aun más inquietante, ¿a qué revelaciones?
Lo primero que habría que decir para comenzar a despejar tantas dudas es que Muse no es Radiohead y lejos está de serlo. Este trío oriundo del condado de Devon, Inglaterra, tiene su propio estilo, sería muy injusto calificarlos de una copia. No es menor el dato que Matthew Bellamy (voz y guitarra), Christopher Wostenholme (bajo) y Dominic Howard (batería) tocan juntos desde que tienen… ¡¡13 años!!
Cuesta definir el estilo musical del disco. Como las anteriores producciones de la banda, toca distintos géneros sin llegar a abrazar ninguno definitivamente. Son un trío clásico (guitarra, bajo y batería), pero usan sintetizadores y teclados, usan recursos del rock pesado (batería y guitarra avisando que se viene el coro), pero en otros temas el preludio es anunciado por el bajo, ¡hasta tienen un tema que es un poema acompañado de un teclado y la batería!
La voz cumple la función de ser un instrumento más. Comparada muchas veces, sí, con la de Tom Yorke y hasta con la de Freddie Mercury, la garganta de Bellamy se distingue por sus constantes cambios de tonos, puede pasar de un grito muy agudo a una suavidad envidiada por cualquier cantante pop. Esta ecléctica voz es acompañada en gran parte del álbum por el resto de los músicos quienes, con ayuda de algún aparatejo, producen un sonido orquestal. Tanto es así que da la sensación de estar frente a un coro de monjes dentro de una iglesia gótica de mediados del siglo pasado.
Cuando el disco llega a su fin y el silencio se apodera del espacio, los interrogantes planteados al principio se ven resueltos como por arte de magia. El agujero negro hace obvia referencia a la muerte, que está presente en la mayoría de los temas, a veces de manera explícita y otras usando metáforas como “el otro lado”.Mientras tanto, las revelaciones se van expresando a lo largo del álbum en forma gritos de angustia, críticas a la guerra y también a la presidencia de Tony Blair. La última gran revelación se encuentra al final del disco, en “Knights of Cydonia” donde terminan diciendo: “Nadie me sacará vivo / ha llegado el tiempo de hacer las cosas bien / vos y yo tenemos que pelear por nuestros derechos / vos y yo tenemos que pelear por sobrevivir”.
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